Hace unos días fui a recoger el título que certificaba que
era máster, pensé que era el paso definitivo para cerrar el ciclo que había
empezado hace unos años, cuando me convertí en alumna del máster en
Dirección de Comunicación Empresarial e Institucional en la UAB. Y en efecto,
los ciclos se cierran, pero los actos permanecen. En 2012, los alumnos de la 10ª
edición entregamos nuestros planes de comunicación; tal vez pensáramos que
era el broche, el cierre a un año y medio de intensa actividad académica,
pero ¿qué ha ocurrido con nuestras ideas? ¿Dónde han ido a parar nuestros
planes de comunicación, tan concienzudos en los análisis y tan esperanzadores
en la soluciones?
En mi caso, diversas circunstancias me llevaron a realizar
un Plan de Comunicación a un colegio público. Los recortes en educación y la
marea verde afianzaron la visión de que la escuela pública necesita un plan
de comunicación que la posicione con respecto a sus competidores. No sólo en
cuanto a la enseñanza privada o concertada, sino en el marco del resto de los
colegios públicos que empiezan a competir entre sí para ganar matriculaciones
y evitar el cierre de aulas. En el colegio aceptaron mi propuesta más por
cortesía que por convencimiento de que un instrumento así les fuera a ser
útil. Los colegios públicos carecen de una estructura comunicativa en su marco
organizacional, tienen un presupuesto muy limitado y un pensamiento docente
vocacional ajeno a las tendencias de posición empresarial y muy centrado en el
desarrollo curricular.
Empezó el trabajo en el CEIP Giner de los Ríos de
Fuenlabrada, en Madrid. A medida que avanzaba el proyecto, en el análisis,
diagnóstico e investigación, el equipo directivo iba tomando conciencia de la
necesidad de un plan de comunicación externa, de la gestión de sus
intangibles, de las fortalezas y debilidades de su centro, de sus ventajas
competitivas así como de los puntos fuertes y débiles de la competencia. La
situación del colegio estaba estancada, se habían acomodado a la rutina y,
aunque seguían teniendo alumnos, en el curso anterior el centro había perdido
un aula del primer nivel educativo, entre 25 y 30 alumnos. A través del plan
podrían mirar de frente a sus puntos débiles y convertirse en estrategas para
solventarlos.
Una vez terminado, el Plan de Comunicación fue bien acogido
por el claustro. Por primera vez se plantearon una visión estratégica y
empresarial de su centro, de la ventaja de interiorizar la comunicación
externa en las acciones educativas. No sólo tenían que desarrollar bien su
proyecto educativo, también tenía que darlo a conocer.
En el desarrollo del Plan de Comunicación la pieza clave ha
sido el jefe de estudios, el “hombre orquesta” (como en las PYMES). Él ha
tomado la batuta a la hora de implementar el plan y favorecer la implicación
de toda la plantilla, consiguiendo la transversalidad de la función de
comunicación. El jefe de estudios ha interiorizado una visión empresarial, ha
integrado en sus funciones la dirección de la estrategia global de
comunicación, extendiendo al claustro la responsabilidad de la puesta en marcha del plan operacional para llevar a cabo las acciones
más relevantes que se plantearon en el plan. Además, el jefe de estudios ha
motivado la formación continua en estrategia empresarial y de comunicación;
junto a él, dieciséis maestros se están formando en Mapas de Procesos y
Reingeniería de Procesos (educativos y de comunicación). En el CEIP Giner de
los Ríos no sólo han implementado el plan, podríamos decir que lo han
convertido en el germen de una estrategia empresarial, revisan, modifican y
amplían los procesos cada curso.
Dos años después, el CEIP Giner de los Ríos ha sido
propuesto por la Dirección General de Calidad y Servicios del Ciudadano* como
referente en cuanto a estrategia empresarial y de comunicación para todas las
escuelas infantiles de la Comunidad de Madrid. No hay otro colegio público que
cuente con un plan estratégico.
Aún es pronto para valorar la eficacia del plan. Ya
debería ser gratificante el hecho de que haya empezado a implantarse y de que
la mayoría del claustro lo haya interiorizado, pero la consecución de
objetivos ha ido más allá. Tras la puesta en marcha del Plan de
Comunicación, el CEIP Giner de los Ríos no sólo ha recuperado el aula
perdida, sino que ha incrementado con dos aulas más el número de alumnos
matriculados con respecto a junio de 2012.
Termina el ciclo, los actos permanecen. Allí están las
ideas del Plan de Comunicación de fin de Máster DCEI, en el día a día de
una escuela pública.
(*)
Dependiente de la Consejería de Presidencia de la Comunidad
de Madrid
Máster en Dirección de Comunicación Empresarial e Institucional - 10 edición
No hay comentarios:
Publicar un comentario