Desde
hace unos años estamos siendo testigos del auge de la Responsabilidad Social
Corporativa (RSC) en el ámbito empresarial. Y es que, a lo largo de los últimos
años, se han dado diversos acontecimientos que han cambiado la manera de
relacionarse existente entre empresas y sociedad: el fenómeno de la
globalización, la creciente desconfianza de la ciudadanía hacia las
organizaciones debido a escándalos empresariales, la progresiva
preocupación de la ciudadanía por el deterioro medioambiental o la evolución de
las TIC, son algunos de los fenómenos que nos han llevado hacia el nuevo
panorama empresarial en el que, a través de una adecuada RSC, las empresas
están dando respuesta a las expectativas de la sociedad.
Aunque si hay un fenómeno clave para comprender el auge que está
viviendo la RSC, ése es la redefinición de la empresa desde la teoría de los
stakeholders de Freeman, que concibe las organizaciones como un ente formado
por diversos actores clave, los stakeholders
(consumidores, empleados, proveedores, sociedad, etc.), que afectan y son
afectados por éstas, y que por ende, se han de tener en cuenta.
En
este contexto, dos miembros del Grupo de investigación en Dirección de Comunicación Empresarial e Institucional (DCEI), Estrella Barrio y Ana María
Enrique han publicado un artículo titulado Responsabilidad Social Corporativa. Estudio sobre la identificación y clasificación de los stakeholders, en el que
se analiza, a través del estudio de un caso, la identificación y tipificación
de stakeholders que realizan las organizaciones.
Los resultados de la investigación nos han permitido detectar un
nuevo criterio de clasificación de los stakeholders de una organización
en función de si son receptores directos de las acciones de RSC o si colaboran
con la empresa en el desarrollo de dichas acciones. Son los beneficiarios
y los partners. Los primeros se refieren a aquellos a los que la
compañía dirige sus acciones de RSC (consumidores, empleados, proveedores,
comunidad local y sociedad en general), mientras que los segundos corresponden
a un grupo de stakeholders a los que la organización no enfoca sus
acciones de RSC, pero sí que colaboran con la empresa para que las diferentes
acciones se lleven a cabo, de modo que se genera una relación win-win
entre la compañía y los partners (ONG’s, empresas colaboradoras,
administración pública, distribuidores y medios de comunicación).
Esta
nueva clasificación permite a las empresas diferenciar entre dos grupos de stakeholders
cuyo grado relacional con la empresa en materia de RSC es distinta. De esta
manera, se diferencia entre aquellos stakeholders que únicamente van a
verse beneficiados de la RSC de la organización, de aquellos con los que la
organización construye una relación de colaboración en la que el diálogo es más
intenso.