jueves, 10 de julio de 2014

¿A dónde van nuestras ideas?


Hace unos días fui a recoger el título que certificaba que era máster, pensé que era el paso definitivo para cerrar el ciclo que había empezado hace unos años, cuando me convertí en alumna del máster en Dirección de Comunicación Empresarial e Institucional en la UAB. Y en efecto, los ciclos se cierran, pero los actos permanecen. En 2012, los alumnos de la 10ª edición entregamos nuestros planes de comunicación; tal vez pensáramos que era el broche, el cierre a un año y medio de intensa actividad académica, pero ¿qué ha ocurrido con nuestras ideas? ¿Dónde han ido a parar nuestros planes de comunicación, tan concienzudos en los análisis y tan esperanzadores en la soluciones?

En mi caso, diversas circunstancias me llevaron a realizar un Plan de Comunicación a un colegio público. Los recortes en educación y la marea verde afianzaron la visión de que la escuela pública necesita un plan de comunicación que la posicione con respecto a sus competidores. No sólo en cuanto a la enseñanza privada o concertada, sino en el marco del resto de los colegios públicos que empiezan a competir entre sí para ganar matriculaciones y evitar el cierre de aulas. En el colegio aceptaron mi propuesta más por cortesía que por convencimiento de que un instrumento así les fuera a ser útil. Los colegios públicos carecen de una estructura comunicativa en su marco organizacional, tienen un presupuesto muy limitado y un pensamiento docente vocacional ajeno a las tendencias de posición empresarial y muy centrado en el desarrollo curricular.

Empezó el trabajo en el CEIP Giner de los Ríos de Fuenlabrada, en Madrid. A medida que avanzaba el proyecto, en el análisis, diagnóstico e investigación, el equipo directivo iba tomando conciencia de la necesidad de un plan de comunicación externa, de la gestión de sus intangibles, de las fortalezas y debilidades de su centro, de sus ventajas competitivas así como de los puntos fuertes y débiles de la competencia. La situación del colegio estaba estancada, se habían acomodado a la rutina y, aunque seguían teniendo alumnos, en el curso anterior el centro había perdido un aula del primer nivel educativo, entre 25 y 30 alumnos. A través del plan podrían mirar de frente a sus puntos débiles y convertirse en estrategas para solventarlos.

Una vez terminado, el Plan de Comunicación fue bien acogido por el claustro. Por primera vez se plantearon una visión estratégica y empresarial de su centro, de la ventaja de interiorizar la comunicación externa en las acciones educativas. No sólo tenían que desarrollar bien su proyecto educativo, también tenía que darlo a conocer.

En el desarrollo del Plan de Comunicación la pieza clave ha sido el jefe de estudios, el “hombre orquesta” (como en las PYMES). Él ha tomado la batuta a la hora de implementar el plan y favorecer la implicación de toda la plantilla, consiguiendo la transversalidad de la función de comunicación. El jefe de estudios ha interiorizado una visión empresarial, ha integrado en sus funciones la dirección de la estrategia global de comunicación, extendiendo al claustro la responsabilidad de la puesta en marcha del plan operacional para llevar a cabo las acciones más relevantes que se plantearon en el plan. Además, el jefe de estudios ha motivado la formación continua en estrategia empresarial y de comunicación; junto a él, dieciséis maestros se están formando en Mapas de Procesos y Reingeniería de Procesos (educativos y de comunicación). En el CEIP Giner de los Ríos no sólo han implementado el plan, podríamos decir que lo han convertido en el germen de una estrategia empresarial, revisan, modifican y amplían los procesos cada curso.

Dos años después, el CEIP Giner de los Ríos ha sido propuesto por la Dirección General de Calidad y Servicios del Ciudadano* como referente en cuanto a estrategia empresarial y de comunicación para todas las escuelas infantiles de la Comunidad de Madrid. No hay otro colegio público que cuente con un plan estratégico.

Aún es pronto para valorar la eficacia del plan. Ya debería ser gratificante el hecho de que haya empezado a implantarse y de que la mayoría del claustro lo haya interiorizado, pero la consecución de objetivos ha ido más allá. Tras la puesta en marcha del Plan de Comunicación, el CEIP Giner de los Ríos no sólo ha recuperado el aula perdida, sino que ha incrementado con dos aulas más el número de alumnos matriculados con respecto a junio de 2012.

Termina el ciclo, los actos permanecen. Allí están las ideas del Plan de Comunicación de fin de Máster DCEI, en el día a día de una escuela pública.

(*) Dependiente de la Consejería de Presidencia de la Comunidad de Madrid



Arantxa Mateos Corrochano
Máster en Dirección de Comunicación Empresarial e Institucional - 10 edición





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